Por lo ya antes expuesto, es importante evaluar las alteraciones del factor de seguridad de aquellos taludes localizados en zonas habitacionales, industriales, carreteras y en todos aquellos sitios en los cuales se puedan poner en riesgo vidas humanas y causar pérdidas económicas. En los suelos no saturados, la presencia de los meniscos de agua induce fuerzas de contacto adicionales entre las partículas sólidas que incrementan su resistencia. Por ende, la reducción de la resistencia que experimentan estos suelos se debe al decremento de los sacrificios de succión en el suelo, causados por la desaparición de los meniscos del agua de los poros al momento en el que se presenta la infiltración del agua de lluvia. La succión total en un suelo no sobresaturado la forman la absorción mátrica (producida por los meniscos) y la succión osmótica (producida por las sales disueltas en el agua de poro). En la literatura especializada existen distintas propuestas para pronosticar la resistencia de los suelos, por ejemplo: Coulomb (mil setecientos setenta y seis), Terzaghi (1936), Bishop (1959), Fredlund et al.

mil novecientos setenta y ocho) (figuras siete y 8), se aprecia que para bajas succiones los esfuerzos cortantes teóricos resultan inferiores a los valores experimentales mientras que para absorbas elevadas los esfuerzos tajantes teóricos son superiores a los experimentales. Los sacrificios tajantes pronosticados mediante el modelo de Vanapalli et al. mil novecientos noventa y seis) son inferiores a los esfuerzos cortantes conseguidos experimentalmente para bajas succiones, no obstante, en succiones elevadas estos sacrificios resultan ser superiores. Además, en las trayectorias de secado y humedecimiento, la magnitud de los sacrificios cortantes mengua súbitamente al llegar a absorbas elevadas. Se puede apreciar en las figuras siete y ocho que los resultados del modelo de Bishop (1959) guardan una tendencia más cercana a los resultados experimentales en las dos trayectorias, en comparación con los otros modelos. Por tal razón se plantea el modelo de Bishop (mil novecientos cincuenta y nueve), geotecniaymecanicasuelosabc.com/ensayos-de-mecanica-de-suelos-en-santiago-las-condes para analizar la resistencia de otros tipos de suelos aglutinantes, como es el caso del suelo arcilloso de alta compresibilidad CH, manejado en la aplicación práctica.

Posteriormente se hace una comparación entre los sacrificios cortantes obtenidos en teoría, usando los diferentes modelos propuestos con los resultados experimentales, para escoger al modelo que mejor reproduzca su comportamiento. En la segunda parte se presenta un ejercicio de aplicación en un talud localizado en la autopista Cuernavaca-Acapulco. En honor a la verdad, el suelo del talud no es exactamente el mismo que el suelo analizado, el cual sirvió para validar el mejor modelo -en la primera parte-, no obstante, el efecto del humedecimiento y secado que se presenta en este suelo, es exactamente el mismo para cualquier clase de suelo que presente cohesión. Los primeros intentos por establecer una teoría de la resistencia al corte de los suelos sobresaturados se atribuyen a Coulomb (1776), quien consideró que ésta se debía a la fricción entre las partículas del suelo y a una liga entre ellas, a la cual llamó cohesión; así planteó el modelo de resistencia para suelos cohesivo-friccionantes. Posteriormente, Terzaghi (mil novecientos treinta y seis) modificó el modelo de resistencia de Coulomb, mediante el concepto de los esfuerzos efectivos.